Léodile Béra

miércoles, 8 de noviembre de 2023

Los sindicatos de Sanidad se dirigen al gobierno para exigir el inmediato alto fuego en Gaza y la ayuda humanitaria

 


Al Ministro de Sanidad, Sr. José Manuel Miñones Al Presidente del Gobierno, Sr. Pedro Sánchez

Los sindicatos abajo firmantes (con el apoyo de las plataformas vecinales defensoras de la sanidad pública), ante la situación que viven nuestros compañeros y compañeras en los hospitales de Gaza y en el transporte sanitario que a 1 de noviembre habían sufrido:

30 días de bombardeos

Más de 10.000 palestinos de Gaza asesinados por Israel e incontables heridos

124 trabajadores del sector de la salud asesinados por Israel

25 ambulancias destruidas y a 4 de noviembre, además toda una columna de ellas 74 infraestructuras médicas atacadas, incluidos 12 hospitales y 32 ambulatorios Sin electricidad, ni agua, ni combustible

Sin anestésicos, con una enorme escasez de medicamentos, funcionando muy por encima de sus capacidades. El compromiso con sus pacientes es incondicional y no los abandonan a pesar del riesgo de sus vidas

Exigimos:

- El fin inmediato del brutal asedio y bombardeo israelí de Gaza

- La entrada incondicional de ayuda médica, personal, alimentos y combustible en Gaza

- El compromiso del Gobierno de España para ofrecer apoyo material e institucional a los proveedores de servicios de salud de Gaza

- Detener la cooperación militar y el comercio con Israel

7 de noviembre de 2023

Y : Plataforma en defensa de la sanidad pública de Vallecas; Villaverde por la Sanidad Pública

                

Relación alfabética de firmantes :

Asociación de Facultativos Especialistas de Madrid (AFEM); Asociación Madrileña de Enfermería

CATAC-CTS-IAC. Candidatura Autònoma de Treballadores i Treballadors de l'Administració de Catalunya – Coordinadora de Treballadors i Treballadores de la Sanitat

Coordinadora de CGT ambulancies de Catalunya Corriente Sindical de Izquierda de Asturias, sector Salud;

FTC-IAC. Federació de Treballadores i treballadores de Catalunya – Intersindical Alternativa de Catalunya (Sanitat)

Infermeres de Catalunya

Intersindical Asturiana (INAST)

Intersindical Asturiana;

Intersindical-Salut, País Valencià

Movimiento Asambleario de Trabajadoras y trabajadores de Sanidad (MATS) Sindicato Andaluz de Trabajadores, SAT-Salud

Sindicato Asambleario de Sanidad-Intersindical Región Murciana;

Sindicato SUMMATE. Servicio de Urgencia Médica de la Comunidad de Madrid)

Y las plataformas:

Plataforma Afectados Hepatitis C

Plataforma para la defensa de la Sanidad Pública de Asturias; Plataforma para la defensa de la Sanidad Pública de Palencia; Plataforma en defensa de la sanidad pública de Vallecas Villaverde por la Sanidad Pública;

 

martes, 7 de noviembre de 2023

¿LA REBELDÍA SE VOLVIÓ DE DERECHAS?

Tomo prestado el título de un excelente libro del escritor argentino Pablo Stefanoni. Un libro que explica porqué la extrema derecha en todo el mundo aparece como la anti corrección y la izquierda como el orden.  Lo que voy a contar se refiere a España en estas fechas, pero no son unos hechos aislados. El nacionalismo reaccionario, las extremas derechas o, como le queramos llamar, están teniendo un efecto contagio.


En España,  la demagogia populista está en alza y tomando las calles para protestar contra la ley de Amnistía. Decenas de miles de personas de todas las clases sociales y edades han salido y saldrán contra lo que los líderes del PP y VOX llaman "el golpe de estado" de Sánchez y los independentistas. 


La estrategia desestabilizadora no es nueva. Es tan vieja como el conflicto social. Los proyectos políticos impugnadores -aunque sean de extrema derecha- necesitan una base social. Igual que los fascismos del siglo anterior.  Por eso, en un reciente artículo, me referí a los nacionalismos o populismos de extrema derecha, como los nuevos fascismos del siglo XXI. Lo de menos es el nombre, lo importante es comprender que, aunque no son proyectos formados, están en transición hacia nuevas formas de dominación política basadas en un fanatismo irracional que, por ejemplo, niega el cambio climático, la igualdad de las mujeres y señalan el multiculturalismo como al enemigo a batir. Es lo que está pasando en media Europa, Estados Unidos, Brasil y ahora en Argentina.


Entre 2020 y 2021 asistimos en España a otra ofensiva  reaccionaria con las críticas  de Isabel Díaz Ayuso  a las medidas anti COVID. Defensora de la Libertad y la Individualidad solo pretendía captar el malestar de la juventud , el pequeño negocio o los empresarios por las restricciones necesarias.  Ayuso situó el falso conflicto entre la Libertad y el Estado en medio de una pandemia mundial que a la humanidad le costó, al menos, 6,3 millones de fallecidos y una crisis económica y social global.


Las negociaciones para la investidura de Sánchez nos han traído el retorno trumpista (ahora multiplicado). En esta ocasión de la mano de un triunvirato: Ayuso, Feijoo y Abascal. El objetivo es deslegitimar  el resultado del 23 J con dos nuevas consignas: Democracia  e Igualdad.  Apelan a que nadie ha votado la Amnistía y que, con ésta, todas las ciudadanas y ciudadanos dejamos de ser iguales ante la ley.  Queda así culminado su relato: las derechas son ahora las que nos defienden del Estado autoritario ¡ Libertad, Igualdad y Democracia! Si Voltaire levantará la cabeza.


Pero haríamos muy mal en subestimar a las derechas por más que nos parezcan ridículos sus argumentos.  En mi opinión, una parte, cada vez mayor, de la sociedad se está impregnando peligrosamente. Recordemos que en el año 2016, un payaso excéntrico, supremacista y multimillonario llegó a presidente de los EEUU derrotando a Hillary Clinton.


Y aquí el mensaje. Si las derechas intentan hacerse con el legado histórico de las izquierdas, es porque éstas -una vez que tocan poder o incluso mucho antes- han dejado la calle. El Estado se convierte en el único instrumento de transformación (gobernar no es sólo utilizar el BOE, es sobretodo, apelar a todos los mecanismos democráticos) ¿ La izquierda se está volviendo cada vez más estatalista? Yo creo que sí.


Es desalentador escuchar a periodistas de izquierdas recriminar a las derechas porque están tomando las calles. El mundo al revés ¡ Que lejos nos queda el 15M! Acostumbrado a estar delante de los antidisturbios, me resulta extraño comprobar, que algunos se sienten  mejor detrás.


Jesús J.