martes, 7 de noviembre de 2023

¿LA REBELDÍA SE VOLVIÓ DE DERECHAS?

Tomo prestado el título de un excelente libro del escritor argentino Pablo Stefanoni. Un libro que explica porqué la extrema derecha en todo el mundo aparece como la anti corrección y la izquierda como el orden.  Lo que voy a contar se refiere a España en estas fechas, pero no son unos hechos aislados. El nacionalismo reaccionario, las extremas derechas o, como le queramos llamar, están teniendo un efecto contagio.


En España,  la demagogia populista está en alza y tomando las calles para protestar contra la ley de Amnistía. Decenas de miles de personas de todas las clases sociales y edades han salido y saldrán contra lo que los líderes del PP y VOX llaman "el golpe de estado" de Sánchez y los independentistas. 


La estrategia desestabilizadora no es nueva. Es tan vieja como el conflicto social. Los proyectos políticos impugnadores -aunque sean de extrema derecha- necesitan una base social. Igual que los fascismos del siglo anterior.  Por eso, en un reciente artículo, me referí a los nacionalismos o populismos de extrema derecha, como los nuevos fascismos del siglo XXI. Lo de menos es el nombre, lo importante es comprender que, aunque no son proyectos formados, están en transición hacia nuevas formas de dominación política basadas en un fanatismo irracional que, por ejemplo, niega el cambio climático, la igualdad de las mujeres y señalan el multiculturalismo como al enemigo a batir. Es lo que está pasando en media Europa, Estados Unidos, Brasil y ahora en Argentina.


Entre 2020 y 2021 asistimos en España a otra ofensiva  reaccionaria con las críticas  de Isabel Díaz Ayuso  a las medidas anti COVID. Defensora de la Libertad y la Individualidad solo pretendía captar el malestar de la juventud , el pequeño negocio o los empresarios por las restricciones necesarias.  Ayuso situó el falso conflicto entre la Libertad y el Estado en medio de una pandemia mundial que a la humanidad le costó, al menos, 6,3 millones de fallecidos y una crisis económica y social global.


Las negociaciones para la investidura de Sánchez nos han traído el retorno trumpista (ahora multiplicado). En esta ocasión de la mano de un triunvirato: Ayuso, Feijoo y Abascal. El objetivo es deslegitimar  el resultado del 23 J con dos nuevas consignas: Democracia  e Igualdad.  Apelan a que nadie ha votado la Amnistía y que, con ésta, todas las ciudadanas y ciudadanos dejamos de ser iguales ante la ley.  Queda así culminado su relato: las derechas son ahora las que nos defienden del Estado autoritario ¡ Libertad, Igualdad y Democracia! Si Voltaire levantará la cabeza.


Pero haríamos muy mal en subestimar a las derechas por más que nos parezcan ridículos sus argumentos.  En mi opinión, una parte, cada vez mayor, de la sociedad se está impregnando peligrosamente. Recordemos que en el año 2016, un payaso excéntrico, supremacista y multimillonario llegó a presidente de los EEUU derrotando a Hillary Clinton.


Y aquí el mensaje. Si las derechas intentan hacerse con el legado histórico de las izquierdas, es porque éstas -una vez que tocan poder o incluso mucho antes- han dejado la calle. El Estado se convierte en el único instrumento de transformación (gobernar no es sólo utilizar el BOE, es sobretodo, apelar a todos los mecanismos democráticos) ¿ La izquierda se está volviendo cada vez más estatalista? Yo creo que sí.


Es desalentador escuchar a periodistas de izquierdas recriminar a las derechas porque están tomando las calles. El mundo al revés ¡ Que lejos nos queda el 15M! Acostumbrado a estar delante de los antidisturbios, me resulta extraño comprobar, que algunos se sienten  mejor detrás.


Jesús J.


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